Historia 20.- Una buena mujer
Ya dije en el prólogo de esta novela que no todas las mujeres son iguales y en esta historia 20 quedará refutado por ser de primera mano y totalmente personal...las demás son invenciones, esta no lo es.
María se quedó embarazada de su novio militar en un pueblo donde vivía con su familia, en estos días que una mujer se encuentre embarazada sin estar casada, no supone tanto trauma como en aquellos años de la dictadura tanto política como religiosa y todos los fieles cristianos y los ateos, te señalaban con el dedo haciendo que la convivencia par una mujer fuere un verdadero castigo...
Cuando su embarazo empezaba a ser visible, esta señora dejo a sus amigos y a su gran familia y sin nada se fue a Sevilla, se presentó sola en la casa cuna donde estaban los niños sin familia y sin hogar y allí pidió trabajo. Le exigieron para ello dar el pecho a otros niños lactantes a la vez que trabajaba de costurera y daba clase a los pequeños. Dormía y comía en la institución trabajando 20 horas al día hasta que nació su hijo al que amamantaba como lo hacía con otros.
Para ella fue una etapa dolorosa el ver crecer a su hijo tan cerca y con tan pocas oportunidades de tenerlo en sus brazos cuando estaba destetado, por la estrictas normas del centro, pero se sentía feliz de tenerlo cerca y una idea fija en la cabeza, poder tener alguna vez a su lado un hombre que hiciera las veces de padre para su hijo.
Ese padre llegó cuando conoció a un profesor soltero del nuevo colegio interno donde trasladaron a su hijo al cumplir los once años. En el internado el niño era feliz, siempre convivió con otros niños y jamás se sintió solo, pero el día que fue su madre a verlo y junto al profesor le dijo que se iba a casar para que el tuviera una familia como las demás y una casa donde vivir cuando terminara los estudios...lloró toda la noche al sentir la soledad en su vida entre cientos de niños mas...
Por primera vez pensó en esas familias que veía por la calle con sus hijos y se puso en esa situación necesitando más que nunca vivir junto a sus padres.
Después de que se casaron y el niño terminó sus primeros estudios, por fin se fue a vivir con ellos, María seguía trabajando por que decía que su hijo era su responsabilidad y tenía que tener lo suficiente por ella misma sin necesitar a su marido y en previsión de cualquier separación, pues muchas veces le dijo a su hijo que se casaba para darle un hogar y una familia...
María vivió por y para su hijo cada día de su vida, incluso inmersa en un matrimonio de pacto que pocas satisfacciones le proporcionaba por la especial rebeldía de su hijo a las normas establecidas. Pero se mantuvo imperturbable a los vaivenes de la vida y amara o no a su marido, permaneció junto a él hasta el día de su muerte...y me amó como jamás vi un amor tan desinteresado y profundo en ninguna otra mujer que conociera...
Todas las personas que la conocieron me decían lo mismo, tu madre es la mejor persona que conozco, de buena que es parece tonta y a mí se me saltaban las lágrimas al recordar cuantas veces me perdí un abrazo suyo por no estar a su lado...
Tú ya te fuiste María, pero no hay un solo día de mi vida que estés ausente de mis pensamientos.
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