Doloroso amor.-Historia 21

Historia 21.- Doloroso amor
No recuerdo cuando empecé a cuestionarme el amor que sentía por Jorge mi marido...ni en qué momento nuestra situación sentimental dio un giro de 180 grados, pero si se que esa felicidad que nos duró dos años después del matrimonio, se fue al infierno.

Creo que la mayoría de las mujeres se casan enamoradas y yo desde luego lo estaba de mi marido. Confieso que soy algo celosa y eso incluso de novios ya me avocaba a problemas y discusiones que no llegaban a más, por que cuando existe un verdadero amor en la pareja, la mente se abre más ampliamente a la resolución de los problemas, aunque el de los celos es un tema peliagudo... 

El cincuenta por ciento de los matrimonios, se disuelve o separa a los diez años del comienzo de su vida en común, pero yo me sentía optimista a partir del primer año, pues tenía entendido que lo más difícil de superar es el primer año de convivencia...

Todo empezó a cambiar el día que mi marido me dijo que tenía que salir unos días para buscar un nuevo punto de ventas para el algodón que cultivamos en nuestra finca. Se marchó un martes a Madrid, pero el Jueves de esa semana, me llamó Matilde mi amiga diciéndome que le parecía haber visto a Jorge en un balneario de aguas termales a las afuera de Sevilla, estaba en una barra junto a la piscina en compañía de una exuberante mujer. Me llamó el mismo día que creía haberlo visto por que se quedó extrañada al recordar que yo le había dicho que mi marido estaría toda la semana fuera.

Llamé a Jorge por teléfono y le pregunté sin rodeos que donde estaba...pues donde voy a estar, en Madrid. Pues Matilde me ha llamado diciéndome que estabas al lado del club de campo en el balneario y que no te habló por que se extrañó mucho de verte allí.
Esa mujer está loca, es que vas a confiar más en sus chismes que en mí...
Bueno tranquilízate, no pasa nada, puede que haya sido un error de mi amiga... ¿Cuando vuelves?
Estaré el sábado por la tarde en casa cachorrita, te amo y cuelgo mi amor, hasta el sábado.

Cuando colgué el teléfono, cogí mi bolso y las llaves del coche y me dirigí al balneario donde supuestamente Matilde había visto a mi marido, aparqué fuera del recinto y con un pañuelo sobre la cabeza me fui al mostrador de recepción para pedir una habitación, una vez dentro saque de mi bolso unos prismático que había comprado y desde una ventana miré el panorama que se ofrecía en un bello entorno sobre toda la instalación ricamente adornada con plantas tropicales, fuentes y la piscina central con aguas medicinales tan trasparente como el mismo aire.

No tardé en encontrar a mi marido tumbado junto a una bella y escultural mujer que llevaba puesto un exiguo bikini que más que taparle algo, resaltaba aún más sus encantos. Aún me negaba a creer lo que estaba viendo, pero mis dudas desaparecieron cuando Jorge le daba crema sobre su vientre y se acercaba a su boca para besarle... salí inmediatamente de allí y me fui a mi casa llorando.

No contesté a las llamadas de Jorge desde ese momento, esperaría al sábado para hablar con él.
Entró por la puerta sonriendo como siempre, cuando se acercó a mí para darme un beso, aparte mi rostro y el muy extrañado me pregunta, ¿qué te pasa cachorrita?...antes de besarme, explícame dónde has estado toda la semana...pues ya lo sabes en Madrid...¿a qué viene esto?, ¿vas a empezar de nuevo con tus celos?...Pero qué cara más dura tienes Jorge, el jueves estuve en el balneario y te vi allí con una mujer, fue mi amiga Matilde la que me llamó para decírmelo y yo lo comprobé personalmente.

Vi su cara palidecer momentáneamente, pero como gato panza arriba se defendió diciéndome que yo y mi amiga habíamos alucinado y que sería algún hombre que se parecía a mí.
Para mí fue demasiado, pues esa marca de nacimiento que tenía en el muslo lo hacía inconfundible.

Los intentos suyos en la noche cuando nos acostamos para que hiciéramos el amor fueron infructuosos, yo se la pasión que le inspiro por mi hermoso cuerpo, pero me sentía demasiado humillada y dolorida para dejar que se acercara a mí y aunque con mucho dolor, me fui a dormir al dormitorio de invitados. Me pasé la noche llorando...

En la mañana al despertarme llena de una noche de pesadillas, al mirarme al espejo me asusté de lo que vi, unos ojos enrojecidos y hundidos en el negro de un abismo me daban los buenos días, quizás una mala noche no produce tantos estragos, pero ya eran varias, desde que Matilde me dijo lo de mi marido y el dolor me estaba pasando factura.

No iba a permitir por mucho que lo amara que destrozara mi vida y sin decirle nada tome lo imprescindible y di un portazo para siempre...

No hay comentarios:

Publicar un comentario