Epílogo de las damas y el té de las 5

Epílogo:
 

El agente del servicio secreto tras la muerte del senador, tomó un diario de su casa y
comenzó a leerlo…

Mayo, este mes es el de las flores y a mi casa ha entrado la más hermosa que jamás he visto, las rosas se llamaran a partir de ahora para mi Lucrecia…
He sentido vértigo al mirar sus profundos ojos negros y hubiese querido seguir cayendo hasta perderme en lo más profundo de esa noche estrellada.

Junio, no se si es la inocencia de de sus dieciséis años la que hace que se mueva por la casa con esa sensualidad, o es solo su cuerpo que se mueve natural meciéndose como la llama de una vela en una suave brisa, pero a mi me hace perder el sentido.

Mayo. Hoy hace un año que está mi preciosa rosa conmigo, le encargué una tarta de cumpleaños y al soplar sus diecisiete velas, pedí diecisiete deseos mientras evocaba los cuentos de las mil y una noches…

Agosto, el calor es insoportable y estoy pegado a los cristales mirando a esa sirena que nada en la piscina, su cuerpo me paraliza, sus pechos me hacen respirar agitado mientras el suyo se agita por el ejercicio y yo siento cada uno de sus movimientos. Me pego contra el cristal con una evidente erección y ella me mira sonriendo, me retiro turbado.

Octubre, Ha salido de la ducha, no se si me ha visto abajo mientras andaba por la galería superior, la toalla se le ha caído y sin mirar hacia abajo, se paró ante un espejo y se la puso de nuevo con la delicadeza de una madre que envuelve a su hijo, me senté por que las piernas me temblaban…

Noviembre, mi mujer se marchó a su casa de Francia, dice que no aguanta ver cómo me comporto como un crío cada vez que la tengo cerca, adiós y que te vaya bien.

Por primera vez he cenado solo con ella, se ha puesto el vestido rojo que le compré y hoy más que nunca parece una rosa roja insinuante, sus labios rojos pronunciaron, hola senador que me sonó a promesa y sueños, se acercó a mí y me beso en la mejilla y un volcán surgió de mi interior para adueñarse de mi rostro.

Febrero, sus modales a veces se acercan a lo obsceno cuando sentada abre las piernas sin llevar nada debajo, pero yo se que en ella no hay obscenidad, su juventud la hace ser desinhibida y a mi atrevido, pero cuando intento un acercamiento, ella solo me dice…
Pero que se ha creído usted senador… me está volviendo loco…

Abril, va a cumplir dieciocho años y le he regalado un vestido nuevo, en la cena me dice que tiene una sorpresa para mí y sube a su cuarto…
La veo bajar por la escalara con el vestido puesto, cuando va a medio camino se para y se quita la chaquetilla, tres escalones más y se quita la falda, cuando llega hasta mi solo tiene un tangas y el sujetador…senador el resto es tuyo… ¿me lo quitas?
No se lo quité, se lo arranqué con los dientes y cuando la tendí sobre la mesa me dijo…
No senador, es nuestra primera vez, hagámoslo en la cama.
Hubiera querido pasar la noche con ella, pero se marchó a su cuarto en cuanto hicimos el amor diciéndome… ¿no querrás acabártelo todo hoy?

A los tres días me enseñaba una cinta de nuestra noche diciéndome que había copias de seguridad en tres bancos por si le pasaba algo, destrozó mi carrera y mis posibilidades para ser presidente, destrozaron mi vida y sobre todo rompió mi corazón…

El agente del servicio secreto cerró su diario después de comprender al senador…

Fin

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