Venganza salvaje, novela de terror, prólogo.

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Por la crudeza de esta novela, no se recomienda la lectura a personas especialmente sensibles y resulta totalmente prohibido para menores de edad…

Capítulo 1.-Hombre o animal
Capítulo 2.-Su primera victima
Capítulo 3.-Matanza múltiple
Capítulo 4.-La matanza de los jabatos
Capítulo 5.-Cazador cazado
Capítulo 6.-Cruel venganza
Capítulo 7.-Doble asesinato
Capítulo 8.-Un cuadro macabro
Capítulo 9.-Parto grotesco
Capítulo 10.-Cuerpo profanado
Capítulo 11.-Conociendo el origen
Capítulo 12.-Asesinato de su hijo, Eva y Javier
Capítulo 13.-Empieza la cacería
Capítulo 14.-Hacia la cueva del engendro
Capítulo 15.-La cueva de los huesos
Capítulo 16.-Carnicería en la aldea
Capítulo 17.-La sandalia del pescador
Capítulo 18.-Con el rabo entre las piernas
Capítulo 19.-El cementerio crece
Capítulo 20.-De vuelta a la aldea
Capítulo 21.-La jauría sometida
Capítulo 22.- Venganza consumada
EPILOGO:

Venganza salvaje, Novela de terror de Ángel Reyes Burgos

Prólogo...

Albert Einstein dijo… Solo hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana y de la primera no estoy muy seguro…lo que no tendrán ninguna duda al terminar de leer esta novela es de su infinita perversión…

Lo que aquí relato, son las experiencias de un psicópata que estuve entrevistando unos días… Estando en Aragón, me hablaron de unos terrible sucesos acaecidos en una remota aldea del pirineo, como periodista y psicólogo, sentí curiosidad por conocer los acontecimientos de primera mano, casi pierdo la vida en el intento, este hombre no hablaba con nadie y los que lo intentaron, nunca se les volvió a ver. Quizás me salvo la vida el hecho de que llevaba una foto de su madre que le enseñe cuando me iba a atacar.
Pasé tres semanas de un crudo invierno en su cueva tomando notas.

Me costó mucho escribir lo que me contaba porque su vocabulario era muy escaso y su pronunciación casi inteligible, pero después del trabajo que me costó el permitirme que le entrevistara, no dejaría la labor sin terminar…
En más de una ocasión, estuve por abandonar, las atrocidades que ese salvaje contaba, me ponían los vellos de punta, no sabía si tendría estomago para llegar al final de esta odisea...

No sabía su nombre, ni su edad ni cómo llegó hasta la cueva, tampoco recordaba haber tenido trato con otros humanos, lo primero que recuerda y me cuenta es, que un día se encontraba enfermo. Dos mastines negros con multitud de cicatrices, aparecieron por la mañana en su cueva llevando una mano y parte del brazo de un niño, había visto en una ocasión uno bañándose en el río y le recordaba a eso…la perra lo deposito junto a el en el suelo como si fuera un regalo, su hambre era acuciante y lo devoró en unos momentos, nunca había comido carne humana, le gustó y supo que iba a seguir comiéndola.
Su exagerada dentadura, le permitía rasgar la carne y triturar los huesos.
Su cabeza en parte pelada y una gran cicatriz sobre su sien derecha y con una hendidura en el cráneo, le conferían un aspecto tétrico y terrible, no me sentía cómodo mirándole a la cara, me inspiraba temor.

Conforme pasaban los días, mi mente se iba abriendo y confieso que en algún momento me identificaba con él, llegando a sonreír con sus salvajadas y sintiendo cierto placer en sus perverso comentarios, mi lucidez, estaba dando un vuelco peligroso...procuré aclarar mis ideas y seguir con el objetivo que me trajo hasta aquí, sin saber lo que el destino me había deparado al pasar con el tiempo, de ser medico a paciente…

Es probable que mi incipiente locura, este debida a escribir esta novela en primera persona, metiéndome en la piel de este psicópata y relatarla como si se tratará de mis propias vivencias, seguramente en algún momento tendré que desligarme de este ser infernal, si no quiero que su personalidad psicótica se transfiera a la mía convirtiéndome en un autentico asesino…


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