Tomando el té con la policía.-Capitulo 17
Solo una limusina amarilla paraba a las cuatro de la tarde en la escalinata de acceso a la mansión de Lucrecia. A las cuatro y cuarenta y cinco, dos agentes subían la escalinata y llamaban a la puerta, la criada los hizo pasar y anunció a los visitantes, pasaron al salón de té donde hablaban las dos damas que sonrieron a los agentes…
Buenas tardes mi general, que se le ofrece hoy…
Por el momento solo teniente pero tengo esperanza de ser capitán en cuanto os meta entre rejas…
Vamos a tomar el té. ¿Nos acompaña?
Ok, se sentaron frente a las damas y Lucrecia hizo sonar una campanilla.
Un joven solo vestido con la parte baja de un delantal corto, entró empujando un carrito de servicio y al llegar junto a Lucrecia le sirvió el té mientras la dama le acariciaba descaradamente el trasero y los muslos, ella subió la cabeza y el la besó en los labios.
Lucrecia le hizo seña para servir a los invitados y al acercarse al policía este se levantó de un salto…No te acerques a mi mariconazo…las damas emitieron una gran risotada…
Lucrecia dijo, ya quisieran mucha mujeres tener en la cama un mariconazo como este y haciéndole un gesto, el hombre desapareció de la estancia.
Hizo sonar otra campanilla y una joven rubia con delantal sin peto, solo dos tiras que tapaban sus pezones y se anudaban en el cuello, entro bamboleándose…sírveles el té querida, pero antes acércame una de esas revistas, señalando a una mesita muy baja…
La chica se dio la vuelta y sin doblar las rodillas, tocó con la frente la mesa de madera ofreciéndoles a los policías un espectáculo que no esperaban…
El teniente se puso colorado al ver ese arco del triunfo con el ojo que todo lo ve apuntándole directamente a el y el compañero solo dijo…ufff
No pronunciaron una sola palabra mientras la chica les servía, después fue donde estaba Rosario y le sirvió mientras ella acariciaba sus muslos mirando directamente a los hombres y con un beso en su boca la despidió…
Al terminar el té el teniente les dijo…saben que no estoy aquí por cortesía ni para tomar el té, el asunto es oficial y voy a poner mi grabadora en marcha…OK contestaron…
Murió Vanesa, después Beatriz y ahora Berta ha desaparecido y ustedes están aquí tomando el té tranquilamente como si nada pasara, queremos saber sin rodeos donde está Berta…ya le contestamos a esa pregunta, ella salía a veces de viaje sin decir nada y no sabemos dónde puede estar, porqué no se puso en contacto con nosotras y su móvil está apagado. El policía negó con la cabeza, eso no me lo trago…
El fiscal aún no ha presentado cargos contra ella, pero hay evidencias que la implican en la desaparición de su marido y con toda probabilidad de su muerte. Por eso tenemos orden de detenerla para interrogarla.
Hemos comprobado los aeropuertos y todas las salidas además del movimiento de sus cuentas bancarias y no encontramos nada, es como si se la hubiera tragado la tierra.
Lucrecia siguió negándose a comentar nada más sobre su amiga y los policías se levantaron molestos. Gracias por el té, seguiremos con nuestra labor.
Gracias a ustedes por la visita, con mucho gusto le ayudaremos en lo que podamos mi general…con gran acritud el teniente le dijo, vete al carajo, joder….antes de volverse para marcharse miró directamente a Rosario y sacando un documento de su bolsillo le dijo…se me olvidaba, tengo aquí una orden de detención contra usted, en la comisaría hay detenido un ciudadano Indio que ha confesado que usted le pagó 50.000 euros, para que matara a su ultimo marido…
Rosario palideció y Lucrecia abrió los ojos como platos.
El teniente sonriendo a Lucrecia le dijo. Nada mejor que terminar un acto cómico como el de la chica desnuda, con una tragedia inesperada…
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