El celoso, Historia 8

Historia 8.- El celoso
Ramón paseaba con su mujer Rocío en una concurrida calle sevillana, sus dos años de matrimonio parecía no haber mermado ese romanticismo que de novios hacían gala. Cogidos de la mano, charlaban y sonreían. El de pronto se puso muy serio y Rocío alarmada le preguntó que le pasaba...
No me pasa nada, pero sabes cómo me duele que mires a otro hombre de esa forma...
Joder chato, no empieces con tus niñerías, yo no he mirado a ningún hombre de la forma en que tu imaginas, si te refieres a ese que ha pasado con la blusa estampada, lo miré porque me gustaba esa camisa y pensaba en comprar una para ti...
Claro Rocío, ¿Tu qué vas a decir, siempre tendrás alguna excusa para mirar a los hombres, si no es la blusa, serán sus zapatos o su corbata, el caso es hacerme sentir mal a mí y que los hombres piensen que soy un cornudo...
Por dios Ramón, que exagerado eres, déjalo estar, anda chato dame un beso...ya ves Rocío, siempre tengo que ceder yo. Le da un beso en la boca y mientras la besa está mirando a dos jóvenes en minifalda que están paradas en un escaparate mientras piensa...

Menudo culo tienen y que muslos, que orgía iba a montar con vosotras dos mis reinas...
Se está imaginando toda una serie de posturas en la cama, la piscina y las desnuda con la mirada sin darse cuenta que su excitación la estaba notando Rocío que separándose le dice sonriendo...ya veo que se te ha pasado el enfado...claro cariño, si me pones ardiendo...

Siguen paseando y el pensando continuamente en esas que no consigue quitarse de la cabeza, se encuentran con un joven matrimonio de amigos suyos de la universidad, enseguida Ramón olvida a sus dos sueños para volver a excitarse con los recuerdos de Vanesa, cuando solo con ver el movimiento de sus piernas en la banca, sus erecciones se hacían dolorosa, aunque recordaba que no era solo con Vanesa, cualquier mujer que andará por delante de él, era protagonista de todas sus descarriadas fantasías...

Las mujeres se saludan con un beso y los hombres con un apretón de manos protocolario por que Javier conocía de siempre el interés que Ramón sentía desde la universidad por su mujer, sin saber, que es el mismo interés que sentía por todas...
El grupo charlaba y el sin escuchar solo decía, si, si...y no escuchaba por que en su imaginación estaban ocurriendo otras cosas mucho más atractiva en las duchas de la universidad junto a Vanesa aunque jamás ella dejó que la tocara, ahora la estaba mirando y viviendo lo que nunca pudo ser.

Intentó disimular el bulto que asomaba en el pantalón sin conseguirlo…

Al despedirse, Rocío le dijo a su marido, te has quedado absorto mirando a Vanesa, ¿es que te gusta?, como va a ser eso, solo te recordaba a ti en la universidad cuando te conocí con ella y la de veces que pensé en tu y yo en las duchas sin que tuviéramos la oportunidad de darnos una buena fiesta, ella sonriendo le dijo, ¿te parecen pocas fiestas las que tenemos en casa?...
Pues no me quejo y ahora que lo dices, nos vamos a casa que hoy me tienes encendido, se lo decía mientras recordaba de nuevo a las dos jovencitas y a su amiga Vanesa...

En la cama tuvieron una autentica fiesta con fuegos artificiales y Rocío no dejaba de decir que estaba hecho un león, el con la mente en las muchachas no dejaba de gritar, que dos, que dos... ella se para y le pregunta, ¿qué dices con eso de dos?, el reacciona a tiempo y poniendo las manos sobre sus pechos dice, pues no ves que dos maravillas...

Cuando están relajados de pronto Ramón le dice, me di cuenta cuando nos encontramos con nuestros amigos, de qué forma mirabas a Javier, parecía que te lo quisieras comer allí mismo.
Ella lo miró como si no pudiera creer lo que estaba escuchando, ¿pero qué barbaridad estás diciendo?, nunca me ha gustado Javier y desde luego ningún hombre desde que me enamoré de ti.
A mí no me engañas Rocío, esas cosas un hombre las nota y si os hubierais encontrado solos, ahora en lugar mío estaría él en tu cama...
Ramón, estoy harta de tus celos y el poco respeto que me tienes al pensar esas cosas, no imaginas la cantidad de veces que me has hecho llorar por tus celos infundados y ese es el motivo de que no tengamos vida social...
Pues si tan desgraciada te hago, ¿por qué no me dejas?...
Rocío se fue llorando al cuarto de invitados a dormir, el gritó, muy bien, toda la cama para mí... ella limpiándose las lagrimas pensó, espero que la disfrutes...

De madrugada, Rocío recogió algo de ropa en una maleta y salió sin hacer ruido de la casa dejándole una nota a Ramón...

No voy a perder el resto de mi vida con una persona tan egoísta y dañina como tú, solo llevamos dos años de casado, pero son suficientes para que hubieras comprendido mi amor incondicional y no hacerme pasar por el laberinto de tus dichosos celos, he cerrado los ojos a facturas de hotel dentro de nuestra ciudad, manchas de carmín en tus camisas y otros muchos detalles porque te amo, pero ahora tienes el resto de tu vida para recordarme...

Personalmente pienso, que la gente celosa es porque ven en los otros los defectos que le acompañan...se sienten inseguros pensando que los demás actuaran igual que ellos...

Ángel Reyes Burgos

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