Doble asesinato .-Capítulo 7


Capítulo 7.-Doble asesinato 

La mujer abrió enormemente los ojos cuando me vio con el cuchillo en la mano, el dolor y la deformación por el porrazo recibido, le impedían gritar y le daba a su rostro un aspecto siniestro, lo que la hacía más interesante a mis viciosos gustos…
Corté sus prendas de arriba abajo dejando al descubierto su voluminoso vientre, algo se movía y puse mi mano para sentirlo, sonriendo y mirando a los ojos aterrorizados de la mujer, clavé el cuchillo por encima de su ombligo y rajé su blando vientre hasta dejar al descubierto una especie de bolsa oscura donde apenas se veían dos niños moviéndose.

Abrí la bolsa y cogí uno de los niños aún unidos a la madre y se lo acerque…come…
Aunque la obligara,  su destrozada boca no le iba a permitir hacerlo, pero nada me lo impedía a mí y dándole la vuelta al niño, arranque de un bocado la tierna parte posterior de su cráneo y con los dedos, vacié su interior para comer sus blandos sesos…
Tuve mala suerte porque ella se desmayó y no pude seguir disfrutando de sus ojos horrorizados, le di el niño a los perros y a continuación saqué el otro y el saco donde estaban para dárselo a mi perra, estaba preñada y tenía que alimentarse bien…

Después de cortarle la cabeza a la mujer, la metí en una bolsa de cuero junto a otros objetos de la choza que me podían servir y nos marchamos sigilosamente monte arriba, el hombre ya tendría nuevas motivaciones para querer matarme y yo un nuevo trofeo para poder enseñarle…estaba pensando en la manera de encontrarlo y dejarle el trofeo y con esa idea nos encaminamos a nuestra cueva…

Si el hombre quería encontrarme, estaría en los alrededores de nuestro primer encuentro
y allí nos encaminamos los perros y yo. Esperé alejado del lugar a que se hiciera de noche y desde una elevación miraba a mí alrededor, antes de anochecer vi en una cañada una fogata, esperé hasta bien entrada la madrugada, el fuego casi no se veía.
Dejé los perros amarrados para que no estropearan mi sorpresa y paso a paso me dirigí hacia donde se encontraba el hombre, al acercarme escuche sus ronquidos que delataban su sueño profundo, me acerque a él sigilosamente con la cabeza de su mujer cogida por los pelos, la deposité en el suelo cerca de sus ojos, no pensaba irme hasta no ver la cara de ese hombre al descubrir tan macabro regalo…

Mi paciencia se agotaba y fui a los alrededores para buscar algo con que despertarlo, en un cepo había un conejo que me dio la solución, lo solté y al llegar donde estaba el hombre durmiendo, se lo lance encima desde detrás de unos matorrales a una distancia que no podía verme, mi truco dio resultado al dar un respingo y tranquilizarse al instante cuando vio se trataba de un conejo, pero al girar la cabeza y ver la de su mujer, un alarido como de bestia resonó por toda la cañada y tuve la satisfacción de ver reflejado en el rostro de ese hombre el autentico miedo…

Quizás ese mismo miedo, le impedía en esos momentos proferir mas amenazas de muerte en su ciego deseo de acabar conmigo, se sentó impotente en el suelo sollozando y mirando la cabeza de su mujer…no, no, no ¿y mis pequeños?...
Estuve a punto de dar una carcajada de triunfo, pero estaba muy cerca y tenía la escopeta que llevaba, podía haberlo matado mientras dormía, pero este juego me gustaba y procuraría que durará más…si no se vuelve loco antes…

A partir de este capitulo, me desligo del personaje que esta afectando mi cordura.

Ángel Reyes Burgos

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